Porque vivir sin saber vender NO es bueno,
pero es que vender y no saber vivir, es PEOR.
Hola,
Me llamo Javier Conde y en esta parte de mi negocio me dedico a ayudar a otros proyectos (en desarrollo o por nacer) para que aumenten su valor y ganen más dinero.
Y para que tú, como empresario (o aspirante a empresario), puedas vivir mejor, que es de lo que realmente se trata. Al menos es como yo lo veo.
Hay demasiada gente atrapada en sus negocios. Facturando, sí, pero quemados.
Sin vida.
Sin tiempo para disfrutarla.
Porque las ventas no son solo una habilidad de negocio.
Son una forma de abrir puertas.
Cuando sabes vender, puedes conseguir clientes, colaboradores, oportunidades… pero también puedes negociar tus condiciones, defender tus ideas y construir el estilo de vida que quieres.
En la otra parte de mi negocio soy CEO de SHOKE, una empresa en crecimiento que en 2024 facturó más de 5 millones de euros y es líder en su sector.
Un día, me dio por sacar la cabeza de mi negocio y asomarme a las redes sociales infernales.
Me encontré a tropecientos “consultores” vendiendo asesoría a negocios.
Consultores sin empresa. Sin experiencia. Sin vergüenza.
Gente que no ha dirigido un departamento de márketing en su vida. No te digo ya un negocio.
Yo, que tampoco tengo vergüenza, pero sí una empresa desde hace muchos años y muchos aprendizajes desde el barro más profundo, pensé:
“Voy a tratar de aportar. Pero de verdad.”
Así que no te voy a contar películas. Lo que voy a compartirte son historias que me han pasado de verdad.
Las veces que me he jugado la empresa.
Los aciertos.
Los errores.
Después me pregunté: “¿qué necesidad tengo yo de montar esta historia?”
Pues ninguna.
Pero luego pensé que hacer balance de estos años sería como reaprender todas esas lecciones que me han traído hasta este momento:
Un momento en el que mi negocio no depende de mí a cada instante.
Un momento en el que disfruto de tiempo de calidad con los míos.
Un momento en el que las tardes son para lo que me da la gana.
Las llamadas no me dan la gana.
Las reuniones no me apetecen por la tarde.
Sí me da la gana ir al cine con mi mujer.
Sí me gusta estar en el parque con mi pequeño sin mirar el móvil.
Sí me apetece ir de cañas con “la rubia”, “Buey”, “Fer” y otros amigos.
Y de la primera historia que me acordé y que quizá te sirva, fue de un cliente enorme al que me costó Dios y ayuda llegar.
Y que finalmente conseguí gracias a un patrón de 4 pasos.
Un patrón que llevo aplicando a mi vida más años de los que recuerdo.
Así que me senté en mi despacho, le di a grabar, y me salió un vídeo donde te explico ese patrón.
Esos 4 pasos en los que no sabría decirte cuál me parece más importante. Los 4 son clave.
Dura solo 6 minutos y 44 segundos.
Cuando conseguí a ese cliente fue la primera vez que pensé para mis adentros:
“Lo mismo tengo unas pelotas que me las piso”
Si dejas tu correo aquí abajo, te mando el enlace para que lo veas.
Como verás en el vídeo, no suelo grabarme. Pero quise hacerlo.
Era incómodo de cojones, sí. Pero crecer muchas veces pasa por ahí y es algo que te recomiendo.
Prueba a hacer cosas que te incomoden.
Ahí es donde está el auténtico crecimiento. Y también la mejor vida.
Y que si el vídeo no te aporta nada, me lo devuelves y tan amigos.